Si partimos de la base que el golf es un juego no os digo nada nuevo, pero si os digo que es una disciplina tremendamente completa en donde códigos de honestidad, educación y dignidad son parte básica en la práctica de este deporte, entenderemos que los valores de humildad y respeto se pueden trasladar a nuestra vida cotidiana.
El golf no deja de ser un aprendizaje constante en donde eres juez de las decisiones que tomas en el campo, el único responsable en valorar si eres consciente en hacerlo bien o mal, si no eres capaz de entenderlo así, estarás engañándote a ti mismo y no respetando la filosofía de este deporte. Cuantas veces nos hemos encontrado en un torneo a jugadores que cuando las cosas no le están yendo bien, la palabra excusa o malos modos afloran de su boca, comportamientos que son censurables si nos remitimos a lo anteriormente comentado.
Del mal comportamiento poco que añadir, no creo que mejoren nada con esa actitud, al contrario ese tipo de jugadores suelen acabar jugando solos y abandonando. Las excusas, esas sí que tiene
su gracia, empezar una ronda mal y de repente que pregones a tus compañeros de partida lo mucho que te duele todas las extremidades de tu cuerpo, vayas mejorando el resultado y que por arte de magia hayan desaparecido todos los dolores, ¡de traca! .Se podría preparar un libro con la cantidad de excusas que pone la gente (siempre es la misma) que no aceptan que el único problema es que han jugado mal. Que nadie se esconda en sus propios errores, como en la vida muchas veces nos equivocamos y cometemos fallos, hay que aceptarlos y mejorar para el próximo match.
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